El turismo RURAL se reinventa para volver al principio Turismo / Turismo responsable / Turismo sostenible

Vacaciones_de_labranzaÉrase una vez un medio rural en el que el éxodo poblacional y el abandono de actividades tradicionales comenzaban a hacer mella en su tejido social y productivo. Corrían los finales de los años 60 y a alguien se le ocurrió que podría haber turistas que se interesasen por vivir una experiencia en el campo, en contacto directo con los campesinos y sus quehaceres. Se concedieron ayudas para acondicionar casas, construir baños y sanitarios. Las Vacaciones en Casas de Labranza surgieron como una fórmula de diversificación económica y de generar un dinero extra a la gente del campo. Años después, en los 80 y sobre todo 90, dado que lo de compartir la vida en casa del agricultor no llegó a interesar a masas similares de turistas que en la costa, la fórmula se reinventó y el medio rural, despoblado de habitantes y despojado de su verdadera esencia, se llenó de casas rurales. Al uso y semejanza de los gustos y costumbres del visitante, esto fue posible gracias a los designios de las benditas subvenciones de la Unión Europea. La fórmula de diversificación económica dio paso a la multiplicación de los cuentos de la lechera, hasta llegar a los más de 15.000 establecimientos actuales, una sobreoferta en donde primó la impersonalidad por encima de la autenticidad del territorio y con la que difícilmente pueden coexistir todos. Ahora que la demanda se contrae y la ocupación no sólo es baja sino que se concentra en unas pocas fechas al año, a alguien se le ha vuelto a ocurrir que sería interesante propiciar experiencias más integrales, en donde el turista no sólo se quede en una bonita y coqueta casa, sino que además se sumerja en la realidad del medio rural. Justo el camino por el que unos pocos irreductibles decidieron transitar desde el principio. Así es que 50 años y muchos vaivenes después, el futuro del turismo rural pasa por una vuelta al pasado. Ofrecer experiencias cercanas al sosiego y a la vida campestre como fórmula de diversificación productiva y económica del medio rural. Un déjà vu más en los tiempos que corren. Moraleja: Nunca es tarde si la dicha es buena.


Formado en comunicación y turismo, fue en el sector turístico donde precisamente comenzó a apreciar la necesidad de un giro a la hora de viajar y practicar turismo. Considera que un viaje responsable no sólo se reduce a una adecuada práctica medioambiental, sino que debe resumir todas las habilidades que se suponen implícitas a las buenas relaciones personales, aunque no siempre es así. Tal vez resulte paradójico pensar que todo viaje debe convertirse en un intercambio social y cultural, pero... ¿por qué no intentarlo? Con experiencia profesional contrastada en medios de comunicación y en entidades públicas y privadas dentro del sector turístico, es uno de los fundadores de Ecotumismo y lleva la gestión editorial y coordinación de proyectos desde su puesta en marcha en 2009. En esta última etapa de su vida profesional ha adquirido experiencia nacional e internacional en el marco de proyectos vinculados al turismo responsable trabajando como consultor freelance a través de Ecotouristing. Además ha adquirido un notable conocimiento de la realidad actual del sector del turismo rural en España, gracias a su trabajo como responsable de comunicación y coordinación de proyectos con la Fundación Ecoagroturismo. A principios de 2013 se ha incorporado al equipo del portal de turismo temático Turinea para dar soporte en tareas de comunicación y marketing, además de desarrollar el proyecto Rutas turísticas y Paisajes Sonoros. Una innovadora iniciativa para poner en valor una red de rutas turísticas basadas en experiencias sensoriales etnográfico-culturales y ambientales, con la premisa de fomentar un tipo de turismo responsable y sostenible. Se enfatizará el carácter innovador del proyecto a través de herramientas sonoras al servicio de las nuevas tecnologías, que servirán como elemento clave de conservación cultural, como instrumento de promoción y como hilo conductor de las diferentes propuestas.

Opiniones

  1. vaya, parece que seguir siendo «rurales» se puede poner de moda.
    estaría bien, muy bien que la oferta de turismo rural se convirtiese en lo que nunca debió de dejar de ser: RURAL

  2. y cuando sale este futuro neeva ley de emprendedores, qué tiene salir…??? cuando se va aprobar…???!!! por qué no hay condiciones mejores para poder comprar una casa o masía abandonada y revitalizar ella…??? por qué gobierno no pone condiciones para esto…???tantas zonas de espańa estan despobladas y políticcos en madrid cobran alojamientos de 1800 € al mes y tienen allí varios pisos…!!! increible…!!! y otro tiene sobrevivir con la limozna de 400 €…para vivir es poco y para morir mucho…!!!

  3. Mi familia tiene una casa de campo y junto a ella unas cuantas gallinas que campean en una parcela de naranjos. Resulta gracioso que cuando viene familias de vacaciones los niños va a despedirse de las gallianas.

    No se si involucrar a los clientes en las labores del campo, pero si poner a su disposición los productos de la huerta, los huevos de las gallinas, los frutos de los árboles, eso si que es un valor añadido, aunque a veces somos reticentes a eso…

  4. No puedo estar más de acuerdo con el análisis que haces Javier. Como amante de lo rural, me gusta tener experiencias reales, ya tenemos demasiado light en nuestra vida en la ciudad.
    Recientemente hemos desarrollado algunos talleres de cocreación entre diferentes agentes del interior de Castellón y el resultados ha sido un éxito, generándose una oferta auténtica, vivencial y segmentada, para que los urbanitas saboreen algo realmente rural.
    Un saludo

  5. Imaginaros que un negocio de turismo rural ofreciera experiencias realmente rurales como participar en las labores del campo, en la elaboración de conservas, en la cocina tradicional de cada región, etc, usos, costumbres, fiestas, etc.
    Solo hace falta articularlo y el éxito está asegurado!!

  6. Si el futuro cliente demanda experiencias de campo, de nuevo hemos de ser los agricultores los que las transmitamos. Hay que profesionalizar el sector, por eso yo, como agricultora profesional, jamás haré lo que un médico por ejemplo, pero moviéndome por el medio rural soy muy buena.
    Formación en atención al cliente es lo que hemos de conseguir, lo demás ya lo tenemos. Está claro que el apego al campo que transmitimos los agricultores no es el mismo que el que pueda tener alguien de ciudad que »de repente», se ha construido una casa rural.
    Creo que al final el turismo rural será eso; una escuela de tradiciones, usos, costumbres y labores agrícolas. A la vez que un descanso tranquilo… sin prisas, como acostumbramos a vivir en el medio rural.

  7. Un cordial saludo desde Colombia.

    Es realmente una opción, aquí en Boyaca Colombia complementamos los ingresos de los campesinos a través de un proyecto que además de ofrecer el alojamiento en las fincas de los productores rurales invita a los turistas a participar en la vida cotidiana del campesino: producción orgánica de alimentos, labores de ordeño, la alimentación de gallinas ponedoras, conejos y otras especies menores, además la preparación de la gastronomía tradicional y la participación en las actividades artísticas y culturales promovidas por las organizaciones comunitarias. Es un desarrollo incipiente pero esperamos que el mercado turistico nacional e internacional responda a la invitación.

    Más información en: http://www.caminatasbogota.com/agroturismo/finalistas-lac-development-marketplace-%202010.html

  8. Muchas gracias a todos por los comentarios.

    El protagonismo en el resurgir del turismo rural ha de ser liderado por la gente del campo, por los propios habitantes del medio rural, que son los que mejor lo conocen, los que mejor conocen sus particularidades y su idiosincracia y, por lo tanto, los que están mejor capacitados para transmitir experiencias auténticas.

    Siempre desde la convicción y nunca desde el interés o la moda del momento, ya que también se empiezan a apreciar propuestas algo artificiales y que desvirtúan ciertas actividades o labores tradicionales, con la excusa de la necesidad de tener que «vender experiencias».

    En este sentido, estoy de acuerdo en que hace falta profesionalización y formación, pero no sólo de los propietarios de casas rurales o de los agricultores/ganaderos implicados en la actividad turística, sino también y sobre todo de los propios viajeros. Hace falta concienciar y levantar el espíritu crítico de la gente, para que sean los turistas los que protagonicen parte del cambio, premiando iniciativas auténticas y obviando aquellas que se basen en la impersonalidad o la repetición de modelos caducos.

    Efectivamente existen iniciativas a tener en cuenta en este contexto y aunque ya me han oído y leído mucho hablar de ella, nunca está de más invitaros a visitar http://www.ceres-ecotur.es

    Un saludo,
    Javier Tejera

  9. A mi me parece que se deberia crear una normativa para poder comercializar los productos elaborados en las propias casas y que no fuese tan compleja como ahora y pudiesen colaborar los propios clientes esto serviria tambien para pequeños productores en ecológico.

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