Reflexiones / Turismo responsable
La sostenibilidad y el turismo de cruceros se han llevado tradicionalmente bastante mal, por eso me ha llamado la atención la noticia publicada hoy por Preferente: El turismo de cruceros mejora con una perspectiva ecológica. En ella se habla de unas recientes jornadas celebradas en Pisa, el World Travel Trends Forum, en el que algunos expertos como Alexis Papathanassis, profesor de administración y gestión de cruceros en la Escuela Superior de Bremenhaven, abogaron por un tratamiento proactivo que confirme la sostenibilidad del modelo turístico de cruceros. Se reparó en el hecho de que la industria de los cruceros debe entender la sostenibilidad como una oportunidad y no como una amenaza, como parece que hasta ahora se ha enfrentado. Si atendemos a las diferentes perspectivas que abarca la sostenibilidad turística, a mí me parece un imposible… debemos empezar a tener en cuenta que no todo puede ser sostenible, por mucho que sea una oportunidad para mejorar la imagen de determinados sectores.
El turismo de cruceros me parece un segmento de oferta sumamente peligroso para relacionarlo con la sostenibilidad, por varias razones. Desde el punto de vista puramente medioambiental, son muchos los controles y medidas que hay que tomar para que estas auténticas moles flotantes, con todo tipo de lujos y servicios a bordo, reduzcan su huella ecológica por pasajero al mínimo deseable. Si además tenemos en cuenta que para conocer un lugar es aconsejable evitar las prisas y tomarte tu tiempo para adentrarte en los usos, costumbres y cultura local… y, en el caso de los cruceros, los turistas visitan un sitio diferente por día, normalmente con mucha prisa para llegar y conocer este o aquel lugar, el resultado no suele ser muy integrador. Eso por no hablar de la huella ecológica que se emite en los destinos, normalmente a bordo de innumerables coches de alquiler que no se suelen compartir.
Pero, más allá de estas cuestiones, el impacto social y económico es lo peor de todo. Impacto social por esa masa de turistas que desembarcan por una alfombra roja puerto tras puerto y masifican las ciudades y lugares de destino por unas horas, provocando en muchos casos aglomeraciones que suelen molestar a la población local. A eso hay que añadir las obras y mejoras que los puertos tienen que hacer para que las compañías hagan escala, siempre y cuando les interese a estas y se cumplan sus exigencias. Impacto económico porque, a pesar de venir como anillo al dedo para subir las cifras de visitantes de un destino, normalmente los pasajeros de un crucero viajan con todo incluido. Eso significa que las comidas las hacen en el barco, que las excursiones las tienen contratadas con el tour operador de turno de antemano y que gasto en destino, más allá de alguna compra, poco. Así que, en resumen, tanta molestia para tan pocos ingresos, por mucho que se venda que son turistas de alto poder adquisitivo.
En el artículo de Preferente, se habla de poner en marcha la triple “E”, conformada por tres conceptos: Engineering (Puesta en servicio de más barcos escrupulosos con el medio ambiente), Education (Actividades e informes) y Enforcement (Controles legales). Las actividades, informes y controles legales parecen cuestiones muy ambiguas, que se pueden concretar en diferentes vertientes, pero no se especifica muy bien en cuáles. Lo que está claro es que la sostenibilidad ambiental la podrán cuidar más o menos, pero todo lo demás, tal y como están concebidos los viajes en crucero, me parece a día a de hoy una utopía más que otra cosa.
Javier Tejera
Formado en comunicación y turismo, fue en el sector turístico donde precisamente comenzó a apreciar la necesidad de un giro a la hora de viajar y practicar turismo. Considera que un viaje responsable no sólo se reduce a una adecuada práctica medioambiental, sino que debe resumir todas las habilidades que se suponen implícitas a las buenas relaciones personales, aunque no siempre es así. Tal vez resulte paradójico pensar que todo viaje debe convertirse en un intercambio social y cultural, pero... ¿por qué no intentarlo? Con experiencia profesional contrastada en medios de comunicación y en entidades públicas y privadas dentro del sector turístico, es uno de los fundadores de Ecotumismo y lleva la gestión editorial y coordinación de proyectos desde su puesta en marcha en 2009. En esta última etapa de su vida profesional ha adquirido experiencia nacional e internacional en el marco de proyectos vinculados al turismo responsable trabajando como consultor freelance a través de Ecotouristing. Además ha adquirido un notable conocimiento de la realidad actual del sector del turismo rural en España, gracias a su trabajo como responsable de comunicación y coordinación de proyectos con la Fundación Ecoagroturismo. A principios de 2013 se ha incorporado al equipo del portal de turismo temático Turinea para dar soporte en tareas de comunicación y marketing, además de desarrollar el proyecto Rutas turísticas y Paisajes Sonoros. Una innovadora iniciativa para poner en valor una red de rutas turísticas basadas en experiencias sensoriales etnográfico-culturales y ambientales, con la premisa de fomentar un tipo de turismo responsable y sostenible. Se enfatizará el carácter innovador del proyecto a través de herramientas sonoras al servicio de las nuevas tecnologías, que servirán como elemento clave de conservación cultural, como instrumento de promoción y como hilo conductor de las diferentes propuestas.
Estimado Javier:
Parto, de que estamos de acuerdo en la principal cuestion de todo, que es, que todas las actividades que el ser humano realice, se deberian encaminar en lo posible hacia la sostenibilidad.
Pero creo que los sectores turísticos que están en auge hay que utilizarlos.
Soy un pequeño empresario hotelero rural, y hace unos años que vengo colaborando (les damos la comida del medio dia) con cruceros procedentes de los puertos de Motril y Málaga, distantes de La Taha de Pitres(Mecina Fondales)en la Alpujarra Alta Granada) donde nos encontramos, de ellos estamos a una y dos horas de distancia.
Me gustaría referirme al impacto social y económico que comentas.
No todos los cruceristas desembarcan en tropel, que casi es lo que parece con tu descripcion.
Las escalas suelen ser de un dia, y la mayoría de los cruceristas se distribuyen en las diferentes excursiones que se les ofrecen, y para volver por la tarde antes de que zarpe el barco, salen muy temprano, con lo cual en la ciudad en que se hace escala, solo queda un porcentaje de los ocupantes del crucero que no hace excursiones organizadas, y que se distribuyen por la ciudad a su albedrío, visitando las zonas históricas, museos, tiendas,grandes almacenes,bares, restaurantes, taxis, y otros..
Así que la repercusión económica existe y es apreciable. Te puedo decir que los TTOO, que tambien mencionas,y que actuan como intermediarios con las navieras, tambien contratan guias turísticos, compañias de autocares,conductores, restaurantes, tikets de accesos a sitios históricos y museos ect..
La exigencia de las navieras sobre la calidad para sus clientes en todos los aspectos (transportes,guias, infraestructuras, calidad de las comidas etc.. es bastante alta, lo que tambien colabora en que la sostenibilidad sea algo que se vaya aproximando y esté cada vez mas integrada en todos los sectores de la actividad turística, y el sector de los cruceros es uno de ellos, así que lo que creo es que debemos trabajar todos por ello y pensar que las cosas no tienen porqué ser utópicas a priori.
Un cordial saludo a todos.
Estimado Víctor:
Muchas gracias por expresar tu opinión con tu comentario.
También creo que en lo sustancial estamos de acuerdo, aunque con matices. Dependiendo de la ciudad de escala se quedan más o menos turistas, sólo hay que ver Barcelona el día antes o después de salir o llegar. Eso propicia más o menos sensación de masificación.
En cualquier caso, el impacto social se puede dar donde quiera que vayan, no sólo en la ciudad que tenga el puerto base, ya que suelen ir con muchas prisas y nunca llegan a conocer a fondo los lugares que visitan.
Todo es respetable y está claro que es una fórmula de viaje que tiene éxito entre un determinado público y algo de dinero dejan, pero me reitero en lo de más bien poco. Si estudiásemos a fondo el número de turistas que llegan sin crucero y los que llegan con crucero y midiésemos el gasto en destino de cada uno, creo que no habría color, pero el impacto está por el contrario está ahí…
Simplemente, no se trata de defenestrar al turismo de cruceros ni obviar que en casos como el tuyo, el de un hotelero rural, te puede proporcionar unos ingresos extra dando de comer a unos determinados grupos. La cuestión es que la sostenibilidad debe abarcar muchas vertientes y, de momento, es impensable aplicarlas al 100% a la tipología de cruceros. Es sólo llamar a las cosas por su nombre.
Un cordial saludo y eres bienvenido a dar tu opinión siempre que quieras!
Gracias Javier, por la bienvenida, seguiré tus comentarios porque me he suscrito al boletin y siempre será bueno leer y conocer la opinion de quienes como tú se preocupan por las cosas…y las ponen sobre la mesa.
Un cordial saludo.
Víctor Fernández.
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Totalmente de acuerdo……
Muy buen informe y muy interesante. Para los amantes de las embarcaciones y todo lo referente a la náutica los invito a visitar la página Deproa net. Allí encontrarán todo lo que necesitan para la compra, venta, alquiler y accesorios náuticos. Se los recomiendo