Análisis y consecuencias de la alimentación LOW COST: el poder de los consumidores Ecofirmas / Ecología

alimentación_low_costEn estos tiempos en los que la crisis azota a la población, la tendencia low cost en los bienes de consumo, que ya venía triunfando años atrás, se posiciona como la opción que dominará la oferta en los próximos tiempos. Marcas como Ikea, Easyjet, Ryanair, Yoigo, Balumba, Dia, Mercadona, Media Markt triunfan y ganan cuota de mercado en sus respectivos sectores ofreciendo como principal virtud precios contenidos. Si hablamos específicamente del sector de la alimentación, nos encontramos con que determinados fenómenos comerciales están modificando el mercado y la forma de consumir. Vamos a ver algunos ejemplos, además de sus consecuencias y, sobre todo, el papel que juega el consumidor en todo este entramado.

  • Marcas Blancas. El auge de las marcas blancas es imparable, según datos del Ministerio de Agricultura las marcas blancas alcanzan el 43,9% de las ventas y son consumidas en mayor o menos medida por el 92 % de los consumidores. Las marcas blancas de las principales cadenas de distribución como Hacendado, Aldi, Aliada, etc. llenan nuestros carros. Las marcas blancas son productos fabricados para las cadenas de distribución por los mismos fabricantes de productos con marca, pero que utilizan fórmulas y recursos ya amortizados lo cual junto a la inexistencia de gastos de promoción permite su bajo precio.
  • Fast food al alza. Curiosamente, mientras cientos de restaurantes han cerrado o luchan por sobrevivir, algunas marcas de comida rápida hacen su agosto presentando ofertas sin competencia  a la hora de comer o cenar. El caso de las grandes hamburgueserías como Burger King y McDonalds es claro, con menús completos (hamburguesas, patatas, refresco y helado por menos de 5 €). Idem con esa versión oriental del fast food que son los kebabs que han pasado de ser exóticos establecimientos a cadenas que extienden sus franquicias por ciudades y pueblos.
  • Fruterías Low Cost. Fenómeno especialmente llamativo en algunas grandes ciudades en las cuales se abren cientos de fruterías que ofrecen sus productos a precios sin competencia en las fruterías tradicionales y ni si quiera en los supermercados. Normalmente regentadas por ciudadanos extranjeros, que consiguen buenos precios gracias a sus menores márgenes, calibre y maduración de las frutas, compras en origen de grandes cantidades, etc.
  • La guerra de la cerveza. Otro fenómeno curioso que se viene observando es la guerra de la cerveza, en el cual muchos bares compiten por atraer a la clientela ofreciendo la cerveza como gancho. Los carteles ofreciendo varios botellines o tercios acompañados por raciones y servidos en un cubo con hielo a bajo precio hacen furor.

¿Esta tendencia al low cost tiene un precio? Si entendemos por sostenible aquel producto o servicio de calidad, respetuoso con el medio ambiente o socialmente justo y analizamos estos fenómenos bajo este prisma, nos pueden surgir las dudas.

Frutería low cost

La política de precios bajos a cualquier precio favorece a las cadenas pero condena a los productores que ven mermados sus márgenes y devorados por las reglas de un mercado donde ellos no son los protagonistas. Especialmente significativo es el estado del sector lácteo en España donde los precios que se pagan en origen por la leche apenas cubren los costes de producción. Mientras, la leche se ofrece como producto gancho en las grandes superficies, pero la desaparición de ganaderos y agricultores conlleva, además de un coste laboral, un coste ambiental tremendo traducido en despoblación, pérdida de recursos, incendios, etc.

En el caso de la fruta, ¿qué precios se están pagando en origen para que se pueda vender en destino a precios tan baratos?. En el IPOD (Índice de precios origen y destino) agrícola, a fecha julio de 2012, observamos diferencias del 556% en la cebolla, el 625% en el repollo y hasta el 1500% en el plátano. Obviamente no es una situación sostenible. ¿Qué precio social hay que pagar en sueldos y derechos laborales para que los negocios sean rentables? Salarios míseros, horarios interminables o en muchos casos fraude a la seguridad social, ilegalidad y economía sumergida.

Por último, ¿nos paramos a pensar en la calidad nutricional de muchos de los productos que comemos? Envasados, precocinados, zumos industriales, bollería industrial, embutidos de ínfima calidad, pescado de piscifactorías insalubres, por no hablar de la pérdida en calidad organoléptica, frutas y verduras insípidas, carne sin sabor, etc. Hay otros muchos factores afectados por este sistema de consumo relacionados, por ejemplo, con las condiciones de los animales de granja, el aumento imparable de las alergias alimentarias e intolerancias a aditivos químicos, los escándalos relacionados con seguridad alimentaria cada vez más frecuentes, el impacto ambiental del transporte de mercancías largas distancias, etc.

¿Realmente nos paramos a pensar en todo esto cada vez que consumimos?

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Pedro García Mendoza dirige el proyecto Es De Raíz, desde donde ofrece productos de alimentación sostenibles, productos de calidad, saludables, producidos en condiciones ambientales respetuosas, por artesanos y pequeñas empresas comprometidas socialmente. Visita www.esderaiz.com/tienda Puedes visitarlos en su tienda física en  el Mercado de Santa María de la Cabeza (Paseo Santa maría de la cabeza 41, Madrid).


Opiniones

  1. La raiz última del problema se encuentra en la base de nuestro sistema económico. Mientras sigamos alimentando este sistema basado en crear escasez de recursos para hecer negocio y favorecer el crecimiento de una economia que solo beneficia a unos pocos, difil va a ser evitar el perjuicio del medio ambiente, muy dificil!!!

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