Mucho camino que recorrer para una agricultura sostenible y productiva en Canarias Turismo sostenible

Hace unos días se conocía la noticia de la presentación de un proyecto documental promovido por el Gobierno de Canarias para promocionar el producto agroalimentario local de las islas. La iniciativa cuenta con la participación de destacados cocineros que desarrollan su carrera profesional en las islas, como Erlantz Gorostiza, chef del restaurante MB The Ritz-Carlton Abama (único dos estrellas Michelín de Canarias). La acción se enmarca en el proyecto “Crecer Juntos”, una iniciativa impulsada por el gobierno regional para generar sinergias y marcos de trabajo entre los sectores primario y turístico.

El proyecto, que cumple un año de trayectoria, se inició a finales del mes de julio de 2015 con la celebración de la primera mesa de diálogo entre los responsables de las patronales turísticas y de las asociaciones de agricultores, ganaderos y pescadores del Archipiélago canario. La cita, que se ha ido convocando periódicamente desde entonces, ha tenido como objetivo el establecer sinergias y vías de colaboración entre el sector turístico y el sector primario en Canarias. En esta línea, se han implementado algunas actuaciones, como el concurso de ideas convocado por las patronales turísticas canarias, para facilitar que los productos canarios lleguen a las mesas de los turistas que visitan las islas, en forma de experiencias gastronómicas.

Ahora llega esta acción promocional, con la presentación del vídeo piloto resumen de lo que será el primer capítulo de esta serie de documentales sobre las producciones canarias, que recorrerá cada una de las islas y que llevará por título «El chef viajero». No seré yo el que diga que no es necesaria una adecuada estrategia de promoción y comunicación en clave gastronómica, para posicionar este segmento turístico en primera línea de la oferta turística en Canarias y ganar cuota de mercado entre los 13 millones de visitantes que llegan anualmente a las islas. No en vano, es parte de mi radio de acción profesional, por lo que sería algo así como tirar piedras contra mi propio tejado.

En cualquier caso, me ha motivado a reflexionar sobre algunos puntos que creo que se deben poner encima de la mesa, un año después de la primera reunión de esta mesa sectorial y ante la actual coyuntura de crecimiento turístico en Canarias. La primera pregunta que se me viene a la cabeza es el porqué de empezar las cosas siempre por el final. Tengo la continua sensación de que vivimos en un bucle promocional en estas islas, difundiendo y comunicando cuando todavía no hay contenido ni base que sustente esa comunicación. No cabe duda de que, ahora mismo, el restaurante MB The Ritz Carlton Abama en Tenerife es un valor al alza que enriquece la oferta gastronómica de calidad en las islas. Un punto a favor para un determinado target de público, pero en Tenerife hay más de 3.000 restaurantes. Otros tantos en Gran Canaria y así sucesivamente en el resto de islas más pequeñas.

agricultura sostenible

¿Estamos en condiciones de asegurar que, al menos, una mínima parte de esos restaurantes ofrecen propuestas gastronómicas con productos locales? ¿Se está trabajando en una correcta producción agroalimentaria, trazabilidad y distribución de esos productos? Los datos hablan por sí solos. Por ejemplo, Tenerife solo tendría reservas de comida para una semana si se quedara aislada. No es una broma, ni una información caída del cielo. Son datos del servicio técnico de Agricultura y Desarrollo Rural del Cabildo de Tenerife, en su memoria de 2015. En el informe se advierte de “los bajos niveles de autoabastecimiento del mercado insular y su altísima dependencia del exterior”. Para ser más exactos, el 80% de los alimentos que se consumen en Tenerife vienen de la Península o el extranjero. Las cifras son similares en el resto de las islas, incluso en un porcentaje mayor en las islas más pequeñas. Lo que viene siendo una nula soberanía alimentaria, a lo que hay que añadir que el 90% de la energía que se consume en las islas también viene de fuera. Un cocktail molotov que, en caso de que se pudieran dar factores exógenos que se escapen de nuestro control (subida del precio del petróleo, crisis financieras o sociales en los mercados emisores, repunte de destinos competidores más baratos, etc.), afectando a nuestro motor económico, el turismo, nos situaría con una mano delante y otra detrás. Literalmente.

La cosa no se queda ahí, porque alguno podría pensar que Canarias tiene el problema de la insularidad. Territorio reducido con recursos limitados. Vale, de acuerdo, un factor restrictivo. De hecho, sólo un 18% de la superficie de Canarias es territorio agrícola. En cualquier caso, recientemente se conocía también que el equivalente a 90.000 campos de fútbol es suelo agrícola abandonado en las Islas. Es decir, ¾ partes de ese 18% de superficie potencialmente cultivable está muerto de risa. Y que yo sepa, el Cabildo de Gran Canaria es de las pocas administraciones regionales que están implementando una política activa de recuperación de tierras en desuso, con subvenciones e incentivos.

¿Entre las causas para un repunte de este dato? La crisis del tomate y la polilla de la papa, que acabaron con 4.000 hectáreas en los últimos años. Por eso, sorprende aún más que el producto estrella elegido para el vídeo piloto de la serie documental “Crecer Juntos” sea precisamente el tomate. Un producto que no es autóctono y que no es precisamente un símbolo de identidad tradicional culinaria en las islas. Ya puestos a apostar, ¿por qué no especializarnos en Canarias en el cultivo y producción de frutales tropicales y subtropicales? Mangos, papayas, moringas, chirimoyas, maracuyás, carambolas, piñas, litchis… variedades que, en su mayoría, no se dan en otros lugares de Europa y que pueden suponer una doble ventaja competitiva. A la hora de exportar productos de calidad y diferenciales, abriendo mercado para nuestros agricultores. También a la hora de dar un valor añadido diferencial en el mercado interno (turístico y residente).

Al hilo del poco autoabastecimiento en las islas, nos creemos que ir al mercado de abastos es sinónimo de producto local, pero estamos muy equivocados. Sin saberlo, nos encontramos con frutas, hortalizas, carnes y pescados de Chile (el principal país exportador fuera de la Unión Europa), Francia, Italia, Gran Bretaña o Marruecos. Los agricultores y ganaderos canarios se quejan de «la competencia desleal» y la «desinformación» y aseguran que si los isleños conocieran el origen de sus platos de comida apostarían por el consumo de los productos canarios. Le pese a quién le pese, a día de hoy en una mayoría importante de restaurantes canarios pasa lo mismo.

En relación a esto último, se me viene otra pregunta a la cabeza. ¿Por qué casi todo lo que se hace en estas islas tiene que girar en torno al turismo? Está claro que promover un turismo de calidad, con valor añadido y diversificador de otros sectores productivos, tiene que ser una prioridad. Y esta potencial sinergia con el sector primario va en esta línea. La cuestión es porqué no se hace una campaña de sensibilización y educación en condiciones dirigida al público residente en las islas. De hecho, hace pocas fechas se conocían los demoledores datos de un informe del Ministerio de Alimentación, que sitúa a Canarias y a los canarios a la cabeza del ranking nacional de consumo de comida basura, barata y procesada. Leyendo esto uno entiende cómo es posible que en Canarias la diabetes mate casi siete veces más que en Madrid. ¿No sería más que necesaria una actuación paralela para concienciar a los canarios sobre los beneficios nutricionales, sociales y medioambientales de consumir más productos locales?

agricultura sostenible

En definitiva, me parece fundamental tratar este asunto con el rigor que se merece. Es necesario trabajar con una estrategia y una visión a largo plazo, con la participación activa de diferentes actores público-privados, los sectores implicados y la población. Es fundamental generar una hoja de ruta para empezar a promover la recuperación de territorios agrícolas en desuso, asegurando una mayor penetración de productos locales singulares y autóctonos en las mesas canarias (de turistas y residentes). Hay que crear mayor conciencia sobre el valor añadido de lo local, definiendo estándares de calidad y sostenibilidad y una correcta distribución y trazabilidad de los productos. Y hay que empezar por ahí, para darle sentido y coherencia a todo lo que venga después, incluyendo las campañas de promoción. Si no, como siempre, estaremos empezando la casa por el tejado.


Formado en comunicación y turismo, fue en el sector turístico donde precisamente comenzó a apreciar la necesidad de un giro a la hora de viajar y practicar turismo. Considera que un viaje responsable no sólo se reduce a una adecuada práctica medioambiental, sino que debe resumir todas las habilidades que se suponen implícitas a las buenas relaciones personales, aunque no siempre es así. Tal vez resulte paradójico pensar que todo viaje debe convertirse en un intercambio social y cultural, pero... ¿por qué no intentarlo? Con experiencia profesional contrastada en medios de comunicación y en entidades públicas y privadas dentro del sector turístico, es uno de los fundadores de Ecotumismo y lleva la gestión editorial y coordinación de proyectos desde su puesta en marcha en 2009. En esta última etapa de su vida profesional ha adquirido experiencia nacional e internacional en el marco de proyectos vinculados al turismo responsable trabajando como consultor freelance a través de Ecotouristing. Además ha adquirido un notable conocimiento de la realidad actual del sector del turismo rural en España, gracias a su trabajo como responsable de comunicación y coordinación de proyectos con la Fundación Ecoagroturismo. A principios de 2013 se ha incorporado al equipo del portal de turismo temático Turinea para dar soporte en tareas de comunicación y marketing, además de desarrollar el proyecto Rutas turísticas y Paisajes Sonoros. Una innovadora iniciativa para poner en valor una red de rutas turísticas basadas en experiencias sensoriales etnográfico-culturales y ambientales, con la premisa de fomentar un tipo de turismo responsable y sostenible. Se enfatizará el carácter innovador del proyecto a través de herramientas sonoras al servicio de las nuevas tecnologías, que servirán como elemento clave de conservación cultural, como instrumento de promoción y como hilo conductor de las diferentes propuestas.

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